Varias son las formas de acercarse a una obra de arte, todas ellas son válidas, dependiendo de qué es lo que el observador esté buscando. Entre ellas una corriente dice que conocer al artista, su vida, sus peripecias, triunfos y tragedias ayudará más a establecer un vínculo con la obra y le dará una nueva lectura. Para quienes adhieren a esta línea o para quienes tienen ganas de conocer el costado sentimental de los artistas, es que dedicamos este post.
El mismo surgió a raíz de un breve artículo publicado el pasado viernes en Ñ donde se hablaba de una supuesta relación entre Charles Dickens y su cuñada. Aquellos que quieran colaborar con historias semejantes pueden enviarnos sus aportes o posts a info@objeto-a.com.ar Les recordamos que durante este mes estaremos subiendo notas relativas al quehacer cultural del mes y notas “de color” como la presente.
Un anillo.
La semana pasada, la prensa británica anunció la próxima subasta de un anillo de oro donde estaría grabado el nombre de Charles Dickens. La importancia de la pieza radica en que podría ser la prueba de una relación sentimental entre el escritor y su cuñada, Georgina Hogarth.
Poco tiempo después de que Dickens y Catherine Hogarth contrajeran matrimonio, Georgina se habría mudado junto a ellos y allí se habría quedado luego del divorcio entre el escritor y su hermana. La posible pareja habría convivido durante 13 años, fruto de los cuales habrían tenido tres hijos. ¿una verdadera historia de amor oculta por el tiempo?
La historia ha dejado entre nosotros un sinfín de cruces amorosos, episodios pasionales, breves encuentros o grandes pruebas de amor. No podían escapar a ellos personajes que han sido hito en las letras, las artes y la música… el caso del anillo nos dio pie para recordar algunas otras historias que de vez en cuando vuelven a resurgir, las compartimos con ustedes. Probablemente entre ellas yacen las razones de más de una sonata, poema y obra plástica…
La tragedia: Camille y Rodin
Corría el siglo XIX cuando una joven de apenas 18 años conoce al ya célebre escultor Rodin quien descubre en la aprendiz un innato talento y la decide convertir en su ayudante. El nombre de la muchacha era Camille Claudel. Juntos trabajarían en algunas de las obras más reconocidas de Rodin: 'La puerta del infierno' y 'Los ciudadanos de Calais'.
Durante una década compartieron la relación artística y creció entre ellos un vínculo especial. Claudel fue musa, ayudante y amante de Rodin hasta 1892, año que en la relación encontró su fin debido a la falta de compromiso del escultor con la joven. Camille intenta una nueva relación cometiendo el mismo error, esta vez elige al compositor Claude Debussy que ya estaba comprometido con otra mujer.
La suerte no acompaña a Camille, continuará en el terreno de la escultura durante unos años más, pero poco a poco irá cayendo en una crisis emocional que la llevará a encerrarse en su taller y aislarse del mundo exterior. En 1905 será la última exposición de Claudel. Las sucesivas crisis nerviosas se iran agudizando haciéndola destruir sus obras y alejándola de su familia. Finalmente, luego del fallecimiento de su padre es internada en un psiquiátrico donde permanecerá por más de treinta años.
Aislada por orden de su familia, fallece en 1943 y es enterrada en una tumba sin nombre que desaparecerá años después cuando la institución proceda con refacciones internas. Como silencioso testimonio quedan algunas de sus obras, que parecen encriptar una larga historia de amor y de olvido.
"En el fondo, todo eso surge del cerebro diabólico de Rodin. Tenía una sola obsesión: que, una vez muerto, yo progresara como artista y lo superara; necesitaba creer que, después de muerto, seguiría teniéndome entre sus garras igual que hizo en vida".
"Ven a verme, amado hermano mío, dime que sí y no quede yo para siempre en esta nada con barrotes que es la prisión de locos, donde mi madre y todos ustedes me han confinado, por haber tratado de ser Camille y mujer, Camille y artista, Camille y amante y libre."
El músico abandonado: Frederick Chopin y George Sand
Nuevamente nos encontramos en el siglo XIX, en esta ocasión la heroína será quien salve y al mismo tiempo sea causa de la muerte.
La historia comienza con la separación de Aurora Amandine Lucile Dupin y de Casimir Dudevant, como consecuencia de una sucesión de engaños mutuos, iniciados por el hombre de la pareja. En 1830 Aurora conoce a Jules Sandeau y decide abandonar a su marido y marchar con su nueva pareja a Paris donde comenzará una carrera como escritora.
Es en esta época que la joven descubre que adoptando la apariencia de un hombre le es más fácil desenvolverse en la sociedad y conseguir acceso a espacios que como mujer no le hubieran sido permitidos, por eso escoge el pseudónimo de George Sand para su carrera literaria. Así publica su primer novela Indiana a la que le sigue Valentine. A partir de aquí San es considerada una novelista bien paga, pero su éxito literario no es acompañado en su vida personal. Sandeau la deja y ella encuentra un nuevo amor en Musset.
A partir de aquí se sucederán una serie de amantes e historias entre los que aparecen nombres como los de Michel de Bourges, el botánico y poeta Charles Didier, el filósofo Pierre Leroux, el actor Bocage, el dramaturgo Felicien Mallefille y entre ellos aparece Federico Chopin. Con este último mantendrá una relación muy “lúdica”, se los recuerda juando al billar, bañándose en el río y paseando juntos. Hay múltiples testimonios del amor que George manifestaba por el compositor a quien apodaba “Chiponet”
Los biógrafos no se ponen de acuerdo en el tipo de relación que entre ambos se estableció, parecería que Chopin fue quien más involucrado estuvo y que fue durante el período de su relación cuando escribió sus mejores piezas. En 1838, en Mallorca y gracias a los cuidados de George Sand el compositor se salvo de un grave ataque de tuberculosis. Pasado el idiolio y cuando llego el momento de la separación la misma transcurrió como entre dos buenos amigos.
Para los historiadores de Chopin Sand fue el amor de su vida, su musa, madre, amiga y amante. Una vez disuelta la relación Chopin no habría vuelvo a componer y transcurridos dos años habría fallecido. Entre sus pertenencias se encontró un pequeño sobre, escondido en su diario personal, que guardaba un mechón con las iniciales G.F (¿George y Federico?).
La escritora continúo con su vida y sus producciones. De la relación quedó como testimonio el relato “un invierno en Mallorca” publicado en 1969. Queda también la casa que ambos compartieron en Nohant y que ha sido restaurada para ser visitada por los seguidores del compositor polaco y/o de la escritora francesa.
Un acuerdo especial: Simone de Beauvoir y Sartre
Un siglo más tarde Simon de Beauvoir afirmaba que “Una no nace, sino que se convierte en mujer”. Autora de “el segundo sexo” Beauvoir es pionera en el estudio de género. Hoy los restos de Simon descansan junto a los de Sarte en el cementerio de Montparnasse.
Sartre, filósofo, escritor y dramaturgo. Reconocido por obras como “el ser y la nada”, “Las nauseas” y “las palabras” entre otros.
Simon y Sarte compartieron una relación donde lo intelectual y lo afectivo se cruzaba continuamente. Se conocieron en 1929 París, en la École Normale Supérieure, a partir de allí fueron compañeros inseparables.
A lo largo de su vida Sartre mantuvo romances con mujeres siempre más jóvenes or su parte Simone mantenía esporádicas relaciones con hombres y mujeres, algunas de las cuales eran a la vez amantes de Sartre. Según el filósofo el amor entre “el castor” y él era “necesario”, pero que no podían renunciar a amores “contingentes”. Así se sumergieron una cadena de relaciones, triángulos y cruces que nunca los separaron, por el contrario pareciera haberlos unido más.
La historia de Simon y Sartre es rica en sucesos políticos, filosóficos y literarios. A nivel sentimental es una relación comprendida por muy pocos, donde los encuentros y separaciones se alternan, donde priman los acuerdos y la racionalidad. Por sobre todo su relación está íntimamente imbricada con el pensamiento y filosofía de ambos y por ende con la obra que produjeron y que aún hoy es fuente de debate y pie de numerosos ensayos.
"Su muerte nos separa. Mejor así: ya es hermoso que nuestras vidas hayan encajado durante tanto tiempo" Simon de Beauvoir.
Imagen del cabezal: Vertumno y pomona, de Camille Claudel.
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