Sobre los estados del agua - Carlos Weisse
I PARTE:
Desde siempre los estados del agua eran sólo tres: líquido, sólido y gaseoso. O al menos así lo creía. Pero cuando la niebla de la ingenuidad desciende y se deposita en el suelo comienzan los problemas. Este suelo ¿está seco? ¿Resquebrajado? ¿Inundado? ¿Inundable? ¿Desértico? ¿Contaminado? ¿Glifosateado?
Y también los Estados Del Agua ¿Argentina? ¿Chile? ¿Canadá? ¿Arabia Saudita? ¿Irán? ¿Israel? O ¿Deberíamos decir el agua de los Estados? Como la Otra Gran Reserva Transparente, (Dios nos ayude) después de La Gran Reserva Negra.
Pero además está el estado mitológico, aquel que recoge las fantasías colectivas de una comunidad, que introduce el amor, el miedo, lo sagrado. El que intenta captar los orígenes y las potencias de la vida y de la muerte. El agua es un fluido sagrado porque forma parte nuestra de una manera sustancial, inevitable y perentoria y no es vana la comparación del sistema hídrico de la tierra con el sistema circulatorio humano. Nuestro cuerpo es agua en gran parte y nuestra juventud o vejez tiene que ver con la proporción de ella en nuestros tejidos.
Somos consustanciales con ella y su contaminación implica nuestro propio envenenamiento, el desarrollo tecnocientífico contiene en sus restos tóxicos el lado oscuro de la civilización, un lado oscuro que se multiplica peligrosamente en la medida que los objetos que produce, consume y desecha son reducidos a una forma de utilidad o de dominación dentro de una concepción mercantilista.
Nada conserva entonces de la resonancia que el mito brindaba al mundo, llámese lo sagrado, El Ser, la distancia de reflexión, el tiempo de detención necesario para despegarse de la superficie inmediata. No hay en esto una alusión a la religión ni a una determinada moral sino a una distancia que permita la existencia humana digna de ser vivida.
Es el arte este reducto de reflexión, la obra de arte produce una transposición de lo cotidiano, la transfiguración del lugar común, como diría Danto que implica interpretar lo que se tiene delante, la recuperación del pensamiento crítico pero también del tiempo de la fiesta al decir de Gadamer, es decir un carácter de celebración y de demora que es necesario en la experiencia del arte.
II
En todas las mitologías, los elementos naturales como el agua, el aire, el fuego y la tierra, desempeñan una función esencial. Las historias giran en torno a estos elementos representados por personajes fabulosos. Con frecuencia, al igual que en las historias de la creación, la mitología utiliza el agua como fuente de vida, está además relacionada con lo femenino así como el fuego con lo masculino. Elemento de fertilidad, dadora de vida por semejanza al líquido amniótico se asocia el agua con la mujer, en tanto diosas, espíritus de la naturaleza o ninfas. Esto cobra especial relevancia en relación con el agua corriente, como los manantiales o las fuentes de agua.
En muchos mitos y leyendas, no es sólo fuente de vida sino también un lugar de muerte, estos recurren a la naturaleza sensual del agua para narrar sus historias personificadas por el espíritu del agua: la ninfa, que toma la forma de una joven y bella mujer. Por lo general a las ninfas no se les atribuye ninguna mala intención, más bien usan el agua como lugar de regeneración (en algunos casos milagroso) y de recreación. Las más conocidas son griegas, éstas forman parte de los mitos de numerosas civilizaciones.
Sin embargo no todos los espíritus acuáticos son tan amables como las ninfas. Las mitologías galesas, irlandesas y nórdicas hablan de desagradables espíritus acuáticos, todos ellos niñas o mujeres jóvenes, que seducían a sus víctimas hasta conducirlas a su morada en el agua donde las ahogaban, tal como lo hacían las Sirenas que encuentra Ulises en La Odisea.
El agua es purificadora en muchas religiones, incluyendo el Cristianismo, el Islam y el Judaísmo: el bautismo en las iglesias cristianas, el baño ritual con agua pura se celebra para los muertos en muchas religiones.
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Los dioses del mar se ajustan a un mismo tipo: el del anciano hombre del mar. Todos ellos tienen el poder de cambiar de forma, son profetas, y engendraron tanto ninfas de radiante belleza como monstruos horrorosos. De hecho, la diferencia entre estos es difusa. Cada uno de estos ancianos es padre o abuelo de muchas ninfas o monstruos, que a veces llevan nombres alegóricos o geográficos. Cada anciano con sus hijas es por tanto una especie de panteón en miniatura, una posible configuración diferente del mundo espiritual, moral y físico ordenada en pequeño, y alrededor del mar.
El mar es al mismo tiempo origen de la prosperidad o amenazador por lo que generaba ambivalencia en la mente griega. Aparte del flujo y reflujo de la piratería, el viaje marítimo estuvo cargado de peligros sobrehumanos e incertidumbres. En la Odisea de Homero es Poseidón en lugar de Zeus el principal desencadenante de los sucesos.
III
La muestra “Estados del agua” en la galería Objeto a, con la curaduría de Graciela Taquini, pone en escena lo anteriormente desarrollado, rescata a la técnica para la reflexión, la interpretación y la crítica; promueve un tiempo festivo y crea un mundo.
Vemos en Medusas de Margarita Bali los espíritus del agua, sus medusas con seductoras piernas de mujer aúna las ninfas y la sirenas en un movimiento ondulante, mundo marino de resonancias míticas en el que deja suspendido al espectador en una rara ambivalencia de peligroso atractivo.
El S/T ploteado de María Bedoian muestra el reverso del ritual del agua, el cactus como adaptación extrema de la vida a la sequedad, desierto en el que viven con sus brazos en alto como si suplicaran sedientos.
El Horizonte Variable de Martín Bonadeo hace nacer el mar de los ojos del espectador, no por casualidad el ojo tiene un humor acuoso, este se hace buen humor en la creación de un mar propio proyectado por su iris, diversificado en los movimientos y las navegaciones del cuerpo.
Tensión superficial de Crowe, Rusjan y Wloch remite al gesto del chamán por el cual la superficie acuosa cambia de régimen, lo mágico de la presencia que incide sobre el agua y el agua que reacciona frente a la presencia, un diálogo entre el hombre y el agua que remite a una relación con la naturaleza no destructiva sino festiva.
En el Cuarto árido de Marina González se hace presente la frase de Nietzsche en Zaratustra: “el desierto crece, ¡ay quien dentro de si guarde desiertos!” el desierto civilizatorio crece en todos los ámbitos, y, por supuesto en el natural, como si la muerte se estuviera enseñoreando de la tierra con el pretexto del desarrollo.
La colección de Marina Rubio expresa el calvario de las mujeres wichi de acarrear en bidones agua contaminada para sus hogares sobre el significativo fondo de un filtro de bolsas de agua de pozo.
Sumergir una flor fresca en agua volverla hielo y filmar su descongelamiento es el tema de la video instalación Mi jardín de Daniela Mutis esta unión de lo efímero y lo poético tiene la contundencia de haiku.
El vapor desdibuja el encuentro entre la historia personal y la colectiva, entre la intimidad de la ventana de un café y los sucesos que nos conmovieron a todos. En la video instalación Yo veo de Luís Campos la ventana actúa como pantalla y pizarra mágica, lugar de una escritura fugaz y nostálgica que da cuenta de una conciencia replegada sobre si.
Luciano Azzigotti en Osmos pone en escena una antigua vasija de barro en un juego interactivo que implica a plasmar un registro de voces que crece a lo largo de la muestra.
La alusión a Heráclito en Lo que siempre cambia aunque nunca es distinto plantea en el formato audiovisual la variación de imagen y sonido en la que se traducen los cymatics. La obra incita a comparar el agua y el tiempo como capas de distinta densidad deslizándose unas sobre otras, cuya velocidad o lentitud da la imagen de fugacidad o permanencia.
La relación entre los líquidos y los signos aluden en la obra 1N1de Matías Tapia en su fluido infinito y comunicante a la transformación de los ritos ancestrales en modernos.
Las Videoperfomances de Aguerre, Gaetano, Anaut, Laxade y Cali establece una gama que va desde el drama a la poesía pasando por lo cómico con citas clásicas.
El diseño minimalista de Marta Ares en Nadan implica la apertura de un hueco azul en el que nada la poesía, nada en el color que la representa lo que la hace en cierto sentido hermana del agua.
El relato Dios de Agua, de la cosmología Dogon, creado por Mariela Yeregui hace dialogar interactivamente al espectador con la mitología africana poseedora de extraordinarios conocimientos astronómicos que a su vez contribuyeron a crear mitos modernos como los ovnis.
PROXIMO JUEVES: II PARTE
Sobre el autor:
Carlos Weisse es médico psiquiatra, psicoanalista, miembro didacta de la Asociación sicoanalítica internacional, magíster en psicoanálisis. Es también poeta y ensayista. Dedicado a la investigación de arte y psicoanálisis, ha escrito diversos ensayos, entre los últimos figuran:Pulsión y vació en la obra de arte. 2008. De una fuente a otra. Sobre la belleza y lo siniestro en el arte.2008. Vacío y pulsión en la obra de arte. 2008.
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