Obra: Instalación “Nueve y medio”
Artista: Susana Barbará
“Sáquese los anillos al poner y sacarse las medias, haciendo lo propio cuando las lava”…
En un atril bañado en raso negro resalta una caja blanca, y una media Paris, de aquellas con costura, sinónimo de feminidad y seducción de los año 40, 50, descansa indolente, perfecta, sobre el fondo de raso marfil, a un lado una banqueta se une a esta figura a través de los pliegues del raso negro, sobre ella una placa de vidrio encuadrada guarda celosamente las indicaciones para su uso, lavado y cuidado. A su lado desde la pantalla de un plasma una pierna femenina, en un difícil escorzo es recorrida por un lápiz que delinea la falsa costura, mientras una música, sonido chirriante, breve, acompaña el movimiento de la mano “sin anillos” que “coloca-dibuja” la media. Por detrás, sobre el fondo blanco de la pared, a medida que llega la noche va cobrando forma una figura, la instalación se completa, el ciclo se cierra con la sombra de una media colgando, para reiniciarse cada mañana.
Cuando una media es solo una media, cuando es media…parte de algo, cuando es la otra mitad, o metáfora de aquello que falta para ser completo, cuando en su pasaje de una pierna a un espacio de arte la mirada del otro la transforma, objeto atemporal que remite a tantas lecturas como miradas recibe. Desde el talle 9 ½ que registra en la parte superior la susodicha media, a “las tres sillas” de Joseph Kosuth, pasando por “9 semanas y media” de Adrian Lyne, a “Ocho y medio” de Federico Fellini, Susana Barbará nos invita a imaginar, a jugar con los números, las palabras, la realidad y la fantasía, así ese “objeto media, objeto cotidiano” es ahora un “objeto artístico” que espera a ser leído.
Durante la segunda guerra mundial y postguerra escasearon muchos productos de primera necesidad así como otros considerados superfluos o de lujo, generándose un contrabando de muchos de ellos. Entre estos las medias de seda y entre ellas su vedette, las medias con costura, muchas mujeres recurrieron entonces a una ingeniosa estrategia, dibujarse la costura sobre las piernas, era una manera de sentirse femeninas, seductoras, de recuperar de algún modo una forma de vida, de enfrentar la realidad a través de la fantasía, de jugar a ser lo que fui lo que puedo ser, aquello que no quiero perder y que iba más allá de un par de medias, de un camino recorrido por la línea de una costura.
Objeto a.
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