El visitante de esta segunda edición de la expo/feria se encontrará con un recorrido visual poblado de múltiples posibilidades. Marta Ares recibe con dos sensaciones casi opuestas en sus stills, fotografías y videoarte; la alegría, el movimiento y color de Roomba Funky junto a los nostálgicos grises de su serie Thriller, de allí se pasa a descubrir los paisajes al óleo de Cavallaro que emergen en una poética de colores y ritmos, frente a ella se despliegan los mundos geométricos presentados por Guinot que juega con el azar, las líneas y el equilibrio en sus dibujos sobre tela y metal. Al fondo las fotografías intervenidas y la pintura de Julieta Anaut esperan al visitante con una serie de símbolos aguardando ser descifrados; buscando una respuesta al interrogante ¿Estamos dónde queríamos estar?... búsqueda también reflejada por los rápidos trazos de Francisco Estarellas que captan como instantáneas diferentes visiones de su último viaje y plasmada a su vez en el calendario que nos traen Cristina Cival y Edio Bassi, donde recogen imágenes del arte argentino contemporáneo.
En la sala de audiovisuales un mundo diferente se abre ante la vista del visitante; mitos y tradiciones en la mano de seis artistas. Tadeo Muleiro invita a sumergirse en el imaginario precolombino a través de objetos casi lúdicos impregnados de una riquísima simbología, como contrapunto las obras en técnica mixta y el videoarte de Horacio Pages Frascara traen la calma y la armonía propia de su tierra y cielos salteños, Diego Santos en su óleo de gran dimensión y bajo un juego de mitos y citas moviliza al observador nutriéndose de la historia de Galatea y homenajeando a la homóloga obra de Rafael. María Santacecilia con su obra busca transformar, “restaurar el espíritu poético de los objetos”, en este caso trae un látigo, reconocido tradicionalmente como elemento de castigo que aquí cambia su significado bajo la suavidad de las texturas a las que la artista recurre. Por su parte la obra de Micky García del Río conjuga tiempo y espacio; y nutriéndose del aire lleva al observador a las entrañas de la tierra con sus óleos sobre papel. Finalmente los cuadros de Horacio Carrena arrojan una mirada actual sobre símbolos propios a nuestras culturas originarias.
En la escalera distintas propuestas escultóricas, las sutiles figuras de Marcelo Otero, el intenso colorido de Martinetti y la trasparencia espacial lograda por Guinot, acompañan en el recorrido a la planta alta donde recibe al visitante uno de los peculiares personajes de los óleos de Carla Ferrari, por su parte a la salida del ascensor aguarda un stencil de “Coca” donde OmarOmar juega nuevamente con la sutil ironía que caracteriza sus obras y que también esta presente en el resto de los stencils distribuidos en la planta alta. Palabras y formas cobran vida y color al ser trabajadas por Andrea Cavagnaro en los diseños exclusivos de sus obras en paño-lenci. Junto a ella Martinetti asombra con la originalidad de las formas y propuestas de sus objetos escultóricos en madera. Nuevamente Santacecilia rescata con su mirada poética objetos cotidianos convirtiéndolos en pequeños objetos artísticos. El recorrido vuelve a presentar a Horacio Pages, Marcela Otero y Micky García del Río que incorporan nuevas propuestas bajo la forma de objetos artísticos, decorativos, lúdicos y en el caso de Otero joyas escultóricas. Diana Randazzo trae sus series “el árbol de la vida” y “mares de ausencia” constituidas por delicadísimas cajas-objeto en acrílico y resina. Finalmente cierra la expo-feria Mariano Brizzola desplegando un recorrido por esquinas típicas de Buenos Aires a través de su serie de fotografías intervenidas “Una ciudad dis-tinta”.
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