Hijas del sueño de Alfonsina, voz gimiente tras una mordaza ya casi deshecha de la que manaban dolores y verdades , la poesía de las mujeres de hoy es a voz en cuello, a quemarropa. Tal vez los años de histórico silencio acumularon escritos de escritoras ignotas de sí, quienes ya no pagan más peaje para decir.
La imagen de la “poetisa” en contemplación celeste tornó a la de la poeta metida con sus tripas, capaz también de destripar el amor romántico, abrir los hedores de su cocina, mirar al varón con lupa y peine fino.
El encuentro con la escritura, un nuevo maridaje.
El cuerpo aparece también como constante. El cuerpo de la pasión, el cuerpo del parir y de las sucesivas sangres, el cuerpo de la vejez en el esplendor marchito.
También La Madre será, en esta poesía, acusada, y el rescate vendrá- si viene-, desde el territorio común de la hembra solidaria con la otra hembra: piedad para la madre muerta, para la madre loca, para la ausente.
La identidad femenina, empañada por centurias de vahos machistas, es puesta a develar, interrogar, y une pedazos sueltos en la poesía que hoy escribimos nosotras.
La poeta actual puede reflejar el mundo en llamas en la grieta de su mundo doméstico, la barricada es la propia palabra trenzando y destrenzando interrogantes en una soledad elegida.
Esta es la impresión que recojo de la poesía actual de mujeres; y si bien encuentro más fluir narrativo entre las poetas de mi generación que en las jóvenes- más herméticas y fragmentadas- creo que estos ejes temáticos que he nombrado se imponen y me permiten considerarlos, sino únicos, con fuerte presencia entre nosotras.
El presente texto fue publicado por Alicia Grinbank en la revista LEA –diciembre 2004. Alicia estará presentando el curso intensivo "Otoño con Julio" dentro del marco de la agenda temática correspondiente a la muestra "Objeto a"
Obra: Virgins. 1913. Klimt. Actualmente en Narodini Prague.
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