La semana pasada me llegaron dos mails con un petitorio para evitar la presencia de Guillermo Vargas, conocido en el medio artístico como Habacuc, en la Bienal Centromaericana Honduras 2008. La causa del pedido era evitar la repetición de la nefasta obra de arte con la que el artista se presentó el pasado año en la galería Galería Códice Managua, Nicaragua.
Según los mails y diversas notas que figuran en internet Habacuc había expuesto a un perro desnutrido en la galería, luego de atarlo y dejarlo sin alimento ni agua lo habría dejado morir ante la vista de los visitantes. La obra presentada por Habacuc consistía en un montaje, donde además del perro se podía ver escrita en una pared con comida de perro la frase: “Eres lo que lees”, el himno sandinista tocado al revés acompañaba la exhibición así como la quema programada de 175 piedras de crack y una onza de marihuana en un incensario.
Recordé que unos meses atrás había leído en un blog un post sobre el tema donde figuraban declaraciones de la galerista quien afirmaba que el perro había sido cuidado y alimentado y que una mañana había escapado dando lugar a que se corriera el rumor de su muerte. Según esta versión Habacuc habría decidido tomar provecho de la historia para que su nombre circulara rápidamente y como parte incluso de su obra de arte.
La obra de Habacuc pretendía ser un homenaje a Natividad Canda, un nicaragüense que murió tras ser atacado por dos perros rottweiler en un taller en Cartago. En sus declaraciones a la prensa Habacuc decía: “Me reservo decir si es cierto o no que el perro murió. Lo importante para mí era la hipocresía de la gente: un animal así se convierte en foco de atención cuando lo pongo en un lugar blanco donde la gente va a ver arte pero no cuando está en la calle muerto de hambre. Igual pasó con Natividad Canda, la gente se sensibilizó con él hasta que se lo comieron los perros”,
El artista continuaba con su defensa alegando que nadie se interesó proactivamente por el destino del perro hasta que no lo vieron más en la galería. Finalizó sus declaraciones asegurando que “el perro está más vivo que nunca porque sigue dando qué hablar”
Ante las cadenas de mails generadas en repudio a la obra de arte de Habuc la bienal respondió que el artista iba a participar de la misma, pero con otra obra de arte, de todas formas dejó en claro que no evitaría la exposición de la controvertida obra por considerar que ello consistiría un acto de censura basado en cuestiones éticas. (A continuación algunos de los items más fuertes establecidos en la declaración)
“• Que una obra cuestionable o cuestionada, debe servir para dar lugar a la expresión de opiniones diferentes y hasta encontradas, pero nunca a actos de censura.
• Que la censura de una obra o artista por el tema o la forma en que se aborda, es una medida impositiva que evade la interrogación misma sobre lo que se pretende cuestionar o anular.
• Que aplicar este tipo de medida implicaría que la organización de la Bienal Centroamericana Honduras 2008 asuma la posición de juez, y aplique un "castigo" a un artista a partir de una demanda, pasando por encima de la decisión que un prestigioso jurado tomó de incluir a este artista como parte de la representación de Costa Rica en el momento y lugar apropiado (la Bienal Costarricense de Artes Visuales 2007).
• Por lo tanto, que la solicitud de derogación de la participación de Guillermo Vargas (Habacuc) de la Bienal Centroamericana de Honduras 2008, consideramos es legalmente improcedente y sin fundamento, no solo porque las obras con las que el artista fue seleccionado a la Bienarte 2007 son distintas a la obra cuestionada, sino porque la censura de un artista por hacer una obra muy polémica -aunque este sujeta a discusión dentro de los ámbitos de la estética y la ética- no debe ser de ningún modo la base de legitimación de la censura.”
Nuevamente pareciera que nos enfrentamos a un viejo planteo de las artes que busca demostrar que todo puede ser arte y que cuando algo adquiere esa categoría (¿legitimada por quién?) debe ser respetado y admirado como tal (¿acaso esto no es también una censura encubierta?). El hecho es que aquí no se trataba de una tela rasgada, un mingitorio o una composición musical sin sonido. Estamos hablando de la vida de un ser vivo. Si para cuestionar la muerte estamos matando, me parece que algo está funcionando mal. Y si encima pretendemos que eso este justificado bajo pretextos estéticos todavía más grave es la situación.
El problema aquí no es dilucidar cuál fue el verdadero final de esta historia, ni si Habacuc es un artista o un asesino, sino el hecho de que se discuta sobre si evitar repetir una obra así es censura o no.
Pareciera que los límites y la censura son palabras prohibidas, sin embargo el arte tiene que tener límites y tienen que ser puesto por el mismo arte. Hay un momento en que el planteo de lo estético ya no tiene lugar. No podemos ser ajenos a lo moral y a lo ético porque es inherente a nosotros como seres humanos. Rozar los límites puede ser atractivo, puede ser un modo de llamar la atención, pero cruzarlos puede ser fatal.
Si la obra de Habacuc mataba a un animal para condenar la muerte de una persona en manos de un animal… ¿porque no armar una performance donde matemos a una persona para condenar la muerte de un animal en manos de un artista?
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